sábado, julio 17, 2010

BORGES ENSAYISTA


Leo dos ensayos maravillosos, milagrosos de Borges escritos para 1930: La supersticiosa ética del lector y El escritor argentino y la tradición. En el primero el joven arranca apasionadamente dejando su visión en claro:
"La condición indigente de nuestras letras, su incapacidad de atraer, han producido una superstición del estilo, una distraída lectura de atenciones parciales. Los que adolecen de esa superstición entienden por estilo no la eficacia o la ineficacia de una página,sino las habilidades aparentes del escritor: sus comparaciones, su acústica, los episodios de su puntuación y su sintaxis. Son indiferentes a la propia convicción o propia emoción: buscan tecniquerías (la palabra es de Miguel de Unamuno)que les informarán si lo escrito tiene el derecho o no de agradarles.(...) Subordinan la emoción a la ética, a una etiqueta indiscutida más bien. Se ha generalizado tanto esa inhibición que ya no van quedando lectores, en el sentido ingenuo de la palabra, sino que todos son críticos potenciales."
Luego, en el segundo ensayo: "Además, no se si es necesario decir que la idea de que una literatura debe definirse por los rasgos diferenciales del país que la produce es una idea relativamente nueva; también es nueva y arbitraria la idea de que los escritores deben buscar temas en sus países. Sin ir más lejos, creo que Racine ni siquiera hubiera entendido a una persona que le hubiese negado su derecho al título de poeta francés por haber buscado temas griegos y latinos. Creo que Shakespeare se habría asombrado si hubieran pretendido limitarlo a temas ingleses. (...) El culto argentino del color local es un reciente culto europeo que los nacionalistas deberían rechazar por foráneo".
La pregunta es: ¿cambió algo de 1930 hasta hoy?
Si, que no tenemos a Borges.

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