Me pasé todo el verano picoteando libros prestigiosos a mitad de camino entre el aburrimiento y la fascinación. Estuve leyendo a Philip Roth, porque bueno, es necesario leer a Philip Roth según el canon snob. Primero un libro que narra la muerte del padre. Medio denso, no me interesó. Después uno que se llama "La visita al maestro" o algo así, que me enganchó porque el protagonista se va a pasar unos días con una especie de Salinger y ahí cuando parecía que el libro iba a arrancar, me cansó. También leí "Zama" que me dejó mal, muy mal,lo cual supongo que habla muy bien del libro."El libro de la risa y el olvido" de Kundera me dejó feliz.
Ahora estoy pispeando "La novela de Perón" de TEM, quién tan acertadamente circuló entre la literatura y el periodismo. Es curioso, cuanto más literario se pone más insoportable se me vuelve, en cambio cuando le da una voz a personajes históricos me encanta.
Siempre tengo a mano mi libro de cabecera, guía en cualquier circunstancia y cualquier lugar: "Mente zen, mente de principiante" del menos famoso de los Susuki zen.
Y crece en mí la sensación de que hay demasiados libros al pedo y sólo una relativa cantidad que vale la pena leer y atesorar.
Pienso en hacer la Gran Salinger una vez más.Escribir 4 o 5 libritos y luego callar, desaparecer y morir.
Eso hace y dice más por la Humanidad que tanto escritor profesional que entrega una novela por año, plena de ego y placer forzado por el mercado.
Casa
-
La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 9 horas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario