El sábado a la tarde estuvimos en una quinta de Tortuguitas festejando la despedida de soltero de mi hermano. La quinta tiene una pileta y una canchita de fútbol.
Hace años que no jugaba.
Asi que la sensación de hacer un 5 contra 5, en patas, sobre la verde gramilla, con una pelota dura y habiendome bañado y tomado mil fernets, fue incomparable.
Recuperé ese sabor de la infancia, esa estúpida, inexplicable felicidad que da jugar al fútbol.
En un momento se me cruzó por la cabeza que ya tengo 36,no 16,y que la mezcla de excesos me podía hacer estallar el corazón.
Pero son cosas que pasan sin anunciarse.
Y ayer el fútbol volvió a ser un breve momento luminoso para mi.
Si fuera así...
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Si las gotas cayeran hacia arriba
hasta anegar el cielo
Si este otoño inesperado
no estuviera tan fuera de lugar
Si esta lluvia invertida
no lavara...
Hace 1 año.
1 comentario:
Goleador! veo que no soy el único noctámbulo que viene a la red a ver novedades.
En los dos tiempos que me tocó jugar, bah, penar, a mi no toqué una pelota y sin embargo quedé reventado listo para un pulmotor.
Yo no puedo echarle la culpa a la edad, siempre fui patadura y nunca busqué encontrarle la vuelta al deporte pasión de multitudes (ni tampoco a los demás), pero lo tuve que intentar y lo hice. Que roto quedé!! decí que la pileta estaba de 10 y después de jugar al sol pude hacer la plancha todo el tiempo necesario para recuperarme!
Salute!
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