viernes, febrero 13, 2009

CATARSIS


Releo "La ciudad ausente" de Piglia. Es un libro demencial, muy orgulloso de serlo. Coquetea con vanguardias extranjeras y nacionales. Se erige con orgullo como un libro difícil, poco amable con el lector.
Lo pienso en relación a Aira, hace 15 años Piglia era lo mas, ahora es lo menos y Aira lo mas. Justo en el 97 cuando escribió un libro como la gente: "Plata Quemada", lo mataron y se cobraron tantos años de prestigio.
Piglia es un brillante ensayista, ilumina zona ocultas, encuentra conexiones secretas, pero la ficción, me da la impresión, es otra cosa.
Aira escribe sobre cualquier cosa y de la nada te arma una historia que te atrapa.
Sobre esa huella estoy pisando estos días, escribiendo mi tan anunciada novela que me llevara al estrellato (!). Sin ser una novela totalmente yoica, voy pasando por distintos hitos de mi bizarra vida y eso convoca toda clase de fantasmas.
Los combato tomando cerveza mientras escribo, como recomendaba el gran Bukowski.
Eso me relaja y las historias fluyen sin tanta ansiedad, sin tanto sufrimiento.
Pero es un parto realmente, poder cerrar ciertas heridas, ciertos capítulos inconclusos, para seguir adelante.

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