jueves, junio 19, 2025

TREINTA AÑOS DE SUEÑO STEREO

 En 1995 Soda ya estaba terminado.

En rigor de verdad, se había terminado en 1992 con dos discos rupturistas, de vanguardia como Dynamo y Colores Santos de Cerati y Melero. Encima después vino Amor Amarillo con Gustavo solo.

Pero más allá de lo afectivo, había algo efectivo: habían firmado un contrato con BMG y tenían que entregar más discos a cambio del millón de dólares que la compañía les había adelantado.

Sea como fuere, por amor o interés, Soda se volvió a juntar y grabó un disco conceptual hermoso, una elegante muestra de la madurez artística de Gustavo Cerati.

Que no fue muy bien recibido por el público y poco comprendido por la crítica en su momento (para variar).

Lo que hace Soda Stereo en este disco es un balance y cierre de su carrera. Si siempre se caracterizaron por cambiar camaleónicamente disco tras disco, acá repasan todas sus etapas y sobre el final abren una puerta al futuro.

Clásico y moderno: con arreglos de cuerdas y con momentos electrónicos.

Con canciones preciosas, experimentos vanguardistas y un hit medio ladri como Zoom.

Un Soda total.

Yo en ese momento era feliz o algo parecido y fui a la presentación del disco con mi novia.

Todo era sexo, drogas y rock and pop.

Con un diseño de tapa, sobre interno y videoclips de lujo que marcaron tendencia en el mundo entero.

En este mes se están cumpliendo 30 años de esos días gloriosos y se me pianta un lagrimón.

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