Pasados sus años de esplendor artístico y comercial, Woody Allen se las ingenió para filmar y viajar en Europa. Hizo una película en París, una en Roma y otra en Barcelona. Bancadas por los respectivos estados de cada ciudad. La idea publicitaria es muy buena: hacer una típica comedia de Woody Allen pero en una ciudad turística europea, donde aparece ya en el título de la película y se filman sus lugares más bellos y turísticos. Algo así como una larga publicidad con el agregado del toque Allen en la trama.
La que mejor le salió sin duda fue "Midnight in Paris", con sus viajes en el tiempo a los años locos y la bohemia internacional cuando París era una fiesta. La de Roma zafa y la más floja la vi anoche: "Vicky Cristina Barcelona".
La película, estrenada en 2008, narra las aventuras sexuales y amorosas de norteamericanos y españoles de buen pasar, que pasean por lugares hermosos y se van acostando entre sí.
Una trama medio atada con alambre que se sostiene bien gracias a la innegable química del trío, la trieja: Scarlett Johansonn, Javier Bardem y Penélope Cruz.
Así todos van y vienen de cama en cama experimentando sin mucha coherencia ni cohesión y al final medio que Woody la termina sin resolver ningún conflicto.
Sin ser del todo mala, la película es muy elemental.
En un momento se comentó que las autoridades de CABA estaban hablando con Allen para que hiciera su película de Buenos Aires pero al final no pasó nada.
Me imagino una turista yanqui bellísima que llega a Buenos Aires porque es fanática de Borges y le gusta bailar tango y se enamora de un porteño demasiado psicoanalizado.
La que nos perdimos.
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