Fito Páez es un grande indiscutido del rock nacional. No solo eso, también dirige películas y escribe libros. Y también siempre eligió ser un francotirador con sus declaraciones.
Sobreactuación es una palabra que le sienta bien. Sobreactúa su amor al pobre Charly. Sobreactuó cuando escribió que más de la mitad de los porteños daban asco. Cuando era opositor a Menem y dijo que eran tiempos asesinos (se lo dijo a Susana Giménez en su programa, lo recuerdo como si fuera hoy).
Pasó de una película horriblemente pretenciosa como "Vidas privadas" a una encantadoramente liviana como "¿De que es el portaligas?".
Sus libros no los leí pero sí vi la serie sobre su vida.
Adonde curiosamente se olvida de mostrar su bisexualidad. Raro porque en una época (fines de los ochenta, principios de los noventa) hablaba abiertamente de este tema que era tabú, fue un precursor del colectivo LGTBIQ+ y se lo conocía como el tiburón rosarino.
Ahora es una estrella global, un señor multimillonario con pancita e hijos grandes y se muestra conservador en sus costumbres y opiniones políticas: "La izquierda fracasó, las utopías no sirven para nada, había que hacer reformas económicas, etc, etc".
También me parece bárbaro que se de el lujo de editar una ópera rock soñada por décadas pero me hace un poco de ruido que no haya ni una referencia irónica hacia Milei y que en estos tiempos verdaderamente asesinos el se dedique musicalmente a tirarse pedos de colores en la fantasía total cuando la mayoría del país la está pasando muy mal.
Que se yo: Fito si, Fito no.
Entiendo que no debe ser fácil estar allá arriba por tanto tiempo e igual se lo quiere como el grande que es.
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