jueves, marzo 06, 2025

MACHO ES EL QUE PROBÓ Y NO LE GUSTÓ


 


Estaba leyendo un posteo que hice en este mismo blog en 2008 sobre Lucio V. Mansilla y su obra cumbre "Una excursión a los indios ranqueles".

En ese momento estaba haciendo el taller de Crónica con la vieja bruja de María Moreno, la gran escritora argentina y partera de ideas. Y lo que repito ahí de memoria es todo lo que decía ella, yo ni siquiera había leído completo el libro.

Pero ahora si lo leí y me parece una obra maestra absoluta, el mejor libro argentino del siglo 19 sino de toda la Historia. No solo está estupendamente escrito, sino que su importancia también es sociológica, antropológica. Y en ultimo término: simplemente humana.

Lucio V. Mansilla encarna la derecha culta y heroica de nuestro país, no como la de ahora que es corrupta e idiota. Nacido en cuna de oro, sobrino de Rosas, recorrió el mundo como un dandy, escribió hermosos libros y fue a los mejores lugares pero tampoco arrugó cuando tuvo que ir a la guerra con Paraguay y menos a esta excursión loca a las tolderías para firmar un tratado de paz con los aborígenes argentos.

Como todo gran escritor y también gran ser humano, Mansilla se fascina y narra con detalle la vida en las tolderías donde convivían indios, gauchos, chinas, cautivas, ateos y cristianos. Una fauna variopinta, compleja y ambigua que va mucho más allá de las dicotomías tipo: civilización o barbarie. 

Y mientras iba campo adentro escribía una crónica de su viaje que se iba publicando en un diario de la época y que luego se convierte en este maravilloso libro.

O sea: el hombre total, el que probó todo.

Al respecto, hay un chisme que le cuenta Victoria Ocampo a Edgardo Cozarinsky, este lo publica en un libro y luego María Moreno me lo cuenta a mi.

Cuenta la leyenda que durante la excursión a los indios ranqueles, Mansilla observa que los soldados se sacaban las ganas entre sí, o sea, que se cogían. Mansilla comenta el hecho con el médico de la expedición y este le habla de los griegos y esas cosas, Mansilla insiste, curioso, quiere tener la experiencia del dolor. Llaman a un soldado y le piden que lo penetre. Mansilla lo va dirigiendo: póngase en condiciones, proceda, muévase, retírese. Pasada la experiencia límite, el soldado se retira y Mansilla le comenta al médico: No le veo la gracia, es como cagar para dentro.

Así, rompió todo los moldes del escritor ratón de biblioteca al estilo Borges o Aira o del boludo alegre al estilo Cortázar.

Solo le falta la meditación pero como también anduvo por la India supongo que la habrá probado.

Mansilla logró su cometido, firmó la paz con los indios, pero al volver e Buenos Aires el presidente Domingo Faustino Sarmiento decidió desconocer el acuerdo y mandó a Julio Argentino Roca a masacrar a los legítimos habitantes de estas tierras con el financiamiento de la Sociedad Rural Argentina.

Pero eso amigos, es otra historia, la verdadera historia.

Quien quiera oír que oiga.


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