Boludeando en Mubi di con "Rapado" película debut del gran Martín Rejtman.
La había visto en su estreno en 1992 y nunca más.
El tiempo le sentó muy bien o tal vez yo estoy más avispado o las dos cosas juntas.
Película bisagra entre "el viejo cine argentino" de mucho diálogo, mucho mensaje y poca acción y el "nuevo cine argentino" que estaba llegando y que fue todo lo contrario.
Lo nuevo y bueno, si breve dos veces nuevo y bueno, el guionista y director necesitó solo una hora y diez minutos y pocos diálogos (algo que luego se volvería otro lugar común y que Rejtman esquivaría con elegancia en sus siguientes films) para contar la historia de toda una generación.
Todo está en los detalles: lo que antes me había parecido que "no pasa nada" es que en realidad todo el tiempo pasan pequeñas cosas y cada plano, cada secuencia están obsesiva e intensamente planeados.
Con poco dinero y mucha onda, con un gran diseño de producción, se cuenta la historia de un adolescente al que le roban la moto en el comienzo y que luego se pasa toda la película tratando de conseguir otra y deambulando por un Buenos Aires que exhibe las marcas sociales de la hiperinflación y el comienzo del menemismo. Pero sin bajada de línea, sin "mensaje".
Todo es sutil, está implícito en las acciones de los protagonistas con un humor asordinado y absurdo, que exige un espectador atento y cinéfilo.
Con protagónico del ignoto Ezequiel Cavia y un elenco que alterna actores conocidos y otros improvisados, con grandes cameos rockeros de Rosario Bléfari, Lucas Martí, Gonzalo Córdoba y Emmanuel Hourvilleur.
Una maravilla.
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