Con un protagónico formidable de Nahuel Pérez Biscayart, muy bien acompañado por Ailín Salas y Daniel Melingo, la película es de lo más sólido que ha filmado Luis, quien es super creativo pero dispar en toda su filmografía.
Una pareja de marginales que viven en un sucucho en medio de una plaza y sin temer tomar riesgos para su vida, comparten una vida anárquica, punk. Mucho rock nacional del bueno y viejo, muchas escenas callejeras de un Buenos Aires insólito y la deriva de la libertad.
Claramente influido por el cine francés empezando por Godard, Luis encuentra el punto exacto entre la hiper independencia de "Dromómanos" y la super producción de "El Ángel".
Seres que no encajan en la sociedad y que hacen la suya sin por eso bajar línea o pedir perdón.
Un Ortega auténtico y muy intenso.
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