Anoche pasé la mejor noche de San Valentín de mi vida. Solo.
O mejor dicho: acompañado por miles de personas y la mejor música del mundo.
Allá en los Bosques de Palermo, llevaron los shows que se hicieron la semana pasada en el Teatro Colón, esta vez gratis y al aire libre, para los pobres.
Todo con el acompañamiento de la Filarmónica de Buenos Aires.
Primero, una bizarrada simpatiquísima: unos pibes que tocaban música de videojuegos y manga.
Después, la primer sorpresa de la noche: Lila Downs, enorme voz mexicana para el mundo entero. Yo no la conocía, pero resulta que sí, es muy conocida.
Y después, el plato fuerte del Universo: Café Tacvba.
Recién estaba mirando un video de la KEXP que tiene un par de meses y el presentador lucía verdaderamente emocionado de presentarlos y dijo que eran una de las mejores bandas de todos los tiempos.
Fijate vos, que casualidad, un yanqui de una radio de Seattle tiene la misma percepción que yo.
La maravilla que produce la música de los Cafeta, no viene tanto del virtuosismo o de la poesía (que también abundan) sino de un lugar de conciencia superior.
Su música es una meditación de alta vibra.
No sé como lo logran, tal vez viene de sus antepasados aztecas o mayas o del peyote, pero ninguna banda del mundo tiene esa sensibilidad para llevarnos a la no mente.
Lo pueden hacer con un simple cover de Leo Dan o con un disco doble formidable que cerró el Siglo XX y abrió el XXI. Hablo del inolvidable Revés/Yo soy.
Hoy lucen más relajados, de vuelta de todo, hasta de su propia leyenda y agregaron un baterista y un guitarrista. La mitad del show la dieron con el acompañamiento de la Filarmónica y la otra mitad, la banda sola.
En cualquiera de los formatos, suenan como de otro planeta y tiran un chiste genial, ideal para San Valentín: el tema Me amo.
El carismático lider y cantante principal Rubén Albarrán (no el único) va alternando discursos que en cualquier otro sonarían vanos o demagógicos, pero en el son fruto de una coherencia y sensibilidad superior.
Vienen del corazón y más allá. Del ser.
Como decía, están de vuelta de todo, hasta de la necesidad de ser todo el tiempo geniales y se reconciliaron con las canciones de su etapa más masiva, las de Re y bailan y hacen coreografías y juegan como niños.
Antes y después, un presentador chino arengó a gente de toda Latinoamérica que estaba entre el público y se las vio feas cuando la parte argentina del público entonaba el famoso: Mauricio Macri la puta que te parió.
Y es que Buenos Aires es un estado divino de anarquía, de furia, de libertad.
No le pertenece a ningún partido político ni a ninguna ideología.
Es un territorio mítico y mágico adonde venimos a caer los que huimos de la brutalidad del interior y del exterior.
Buenos Aires es la capital cultural del mundo.
Cuando terminó Café Tacvba nos fuimos todos cantando y bailando, en estado de éxtasis, todavía faltaba que cerrara la noche Massacre, pero ya no había nada más que hacer.
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