Anoche pasaron dos cosas notables: primero, recordé en Twitter la vez que conocí a Chunchuna Villafañe y tuve la primer borrachera de mi vida. Tenía 20 años. Luego vi un video de Eckhart Tolle donde el iluminado contemporáneo afirma que la conciencia no puede despertar si tomamos mucho alcohol. Solo es posible tomar una copa por comida como mucho, dice Tolle.
Otra cosa curiosa que me pasó es que en enero fui a ver a mi psiquiatra, una chica buenísima y ella ya me venía advirtiendo sobre el consumo problemático de alcohol desde hace muchos años y de la necesidad de hacer ejercicio. Nunca le daba mucha bola porque le tengo desconfianza a los psiquiatras en general.
Pero luego estuve la ultima vez en Mar del Plata y además de las meditaciones, surgió el tema de no tomar alcohol, hacer ejercicio e inclusive dejar de comer carne y harinas.
O sea mucho para una sola vez, pero milagrosamente coincidió la ciencia occidental con la oriental.
También, otra cosa que me pasa hace muchos años es que el alcohol ya no me provoca ninguna sensación en particular. Cuando empecé a beber en serio era para sacarme el miedo, desinhibirme, ponerme eufórico. Pero hace un montón que ya no me provoca ese efecto. Lo cual lo vuelve más peligroso (tomar y tomar sin sentir la intoxicación) y también lo vuelve un ritual que ya se vació de contenido.
Ya no te necesito, amigo trago, que me divertiste tantas veces.
Voy por más salud, menos peso y una conciencia despierta.
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