Soy Promo 90.
Terminé el Secundario y al año siguiente (1991) estaba en Buenos Aires estudiando en la UCA.
En ese entonces existía la Tecnicatura Universitaria en Publicidad que duraba solo 2 años, ahora se que existe la Licenciatura que son 5 años: Pero me parece un robo. Todo lo bueno y lo malo que tenés que aprender en Publicidad con 2 años alcanza y sobra. Igual, ni siquiera, tardé dos años y medio en recibirme con notas mediocres. Pero esa fue la única carrera que terminé.
Fue el típico error del que se cree demasiado listo. En lugar de ir a rendir al ISER o estudiar Periodismo en TEA me incliné por Publicidad que parecía easy money. Yo venía de trabajar en radio en Suárez y el dueño se había hecho multimillonario trabajando en una Agencia de Publicidad. Además Cerati había estudiado Publicidad y Fogwill también la había juntado con pala escribiendo para Agencias. Todo eso es una influencia enorme para un adolescente alocado.
Osho y el sentido común lo dicen: jugate por lo que te gusta, por lo que es tu esencia, no pienses materialmente. Porque al final te quedás sin el pan y sin la torta. Tal cual.
En 1994, viviendo en Avellaneda, rendí el examen de ingreso en la Escuela de Cine y entré a la carrera de Director. Llegué a escribir y dirigir un corto en Super VHS que se llamaba "Reflejos" y era una mezcla imposible entre Tarkovski y Eliseo Subiela. Lo que ocurrió sobre el final del primer año de carrera es que un ex compañero de la UCA, el gordo Arenas, puso una Agencia trucha de Publicidad y me nombró Director Creativo. Otra vez la tentación del dinero fácil. Me concentré full time en ese trabajo y dejé cine. La Agencia funcionaba en las oficinas de una productora de cine, le cedieron al gordo un pequeño espacio para que cumpliera su sueño. Resumiendo: la agencia duró unos intensos meses y luego el gordo nos cagó a todos, a mi, a mi hermano que era el cadete y a los de la productora. Dejó colgados a todos y se escapó a Brasil. Quiero creer que a el también lo cagaron un par de clientes porque el gordo se creía vivo como todo porteño de barrio, pero en el fondo era un ingenuo cholulo que pensaba que sus clientes eran sus amigos y no lo iban a cagar.
Entre el 97 y el 99 cumplí el sueño del pibe de escribir en una revista de la cual era fan: V de Vian. Su director, Sergio Olguín, me dio esa oportunidad y siempre le voy a estar agradecido aunque las cosas hayan terminado mal entre nosotros. Ahí escribía gente grosa como Elvio Gandolfo, Fernando Martín Peña y el mismo Olguín. Al principio todo iba de perillas pero en el 99 y bajo la amenaza del fin del mundo yo la limé y escribí un engendro, una especie de ensayo metafísico y reaccionario que creía genial y sentía que Olguín me lo tenía que publicar. El no me dio bola. Me rechazó y le dio espacio a una nota de una chica que escribió sobre rock de mujeres. La chica era Mariana Enríquez. El tiempo le dio la razón a Olguín.
Paralelamente a esto, en el año 98 un periodista de Suárez que trabajaba en Editorial Perfil me dio la oportunidad de colaborar en la Revista Semanario. Yo venía en una onda sexo, drogas y electrónica y al principio todo anduvo bien pero cuando la limé y tuve un brote psicótico no quería salir de mi casa. Me llamaron varias veces de la Revista, no entendían que pasaba y yo menos. Cuando finalmente me estabilicé quise volver pero me dijeron que mi lugar ya había sido ocupado.
Ese fue el principio de mi tortuosa relación con Editorial Perfil, que tuvo un par de capítulos más luego. Seguramente que ellos tienen su visión, su punto de vista, pero a mi me pareció una hijoputez enorme dejar sin laburo a alguien que tiene una enfermedad mental y luego volver a llamarlo un par de veces más para volver a forrearlo y dejarlo en la calle otra vez. Ellos sabrán porqué lo hicieron o es un modus operandi, no lo se.
Después del quiebre comencé a volver a Coronel Suárez cada tanto a vivir y en una de esas etapas, en 2003, me anoté en una Tecnicatura Terciaria en Comunicación Social. Fue un año intenso a todo nivel y yo cursaba en un Instituto Terciario y a la vez en otro daba clases de Publicidad. También dirigí la campaña publicitaria de un candidato a Intendente de Suárez. Salimos segundos pero la experiencia fue fascinante: crear las piezas escritas, radiales y televisivas. Cuando terminó el año dejé la carrera, volví a vivir a Buenos Aires y publiqué mi primer libro: "Farándula".
Estuve unos años haciendo Taller de Crónica con la grosa de María Moreno, escribí mi segundo libro en esos años y también comencé con este blog que ha sido una verdadera escuela literaria. En 2009 vuelta a Suárez y me ponen al frente del periódico Infosuárez, un periódico kirchnerista/moccerista.
Esa aventura duró hasta 2011 y fue mi experiencia laboral más feliz, donde gocé de total libertad para escribir lo que quería pero además eran tiempos felices en la Argentina con la década ganada y estoy orgulloso de haber colaborado en ella poniendo mi granito de arena. Estaba en negro y ganaba para el pancho y la coca, pero lo hubiera hecho gratis igualmente.
La experiencia terminó abruptamente por culpa mía, no soporté ciertas presiones del sexo femenino y eso hizo me fuera dando un portazo mal. Volví a Buenos Aires y publiqué mi segundo libro. Luego recuerdo que por un período breve me volví macrista. Demencial todo pero yo en ese entonces no tenía conciencia de mi trauma con las mujeres y actuaba de formas emocionales, irracionales.
Hice mucha radio, antes y después, en Suárez y en Baires, trabajé como diez años en call centers y dando clases de ajedrez y seguramente me estoy olvidando de algo, pero considero que estos son los hechos fundamentales de mi vida profesional.
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