Los pendejos (y no tan pendejos) que votaron a Milei se ven como transgresores al sistema.
Lo loco es que antes ser transgresor era ser de ultraizquierda y ahora para ser transgresor parece que hay que ser de ultraderecha.
A ver: votaron a Macri en 2015 y los defraudó, votaron a Alberto en 2019 y los defraudó.
Apareció este payaso desquiciado diciendo cualquier boludez y dijeron: es rock.
Es un facho, anti derechos y elegirlo presidente es como querer apagar el fuego con nafta.
Pero aparte de la certeza horrible de que este tipo va a destruir el país y el sistema democrático, hay algo mas de fondo.
Acá la guerra la ganaron las corporaciones como Clarín, la Corte Suprema, el empresariado y la Embajada de EEUU. Milei, Bullrich y el mismo Massa son muñecos muy bien pagados al servicio de los verdaderos dueños de todo.
De los 40 años de democracia hubo solo dos momentos en que el gobierno representó al pueblo: el gobierno de Alfonsín y el gobierno de Néstor y Cristina. Extraordinarios momentos en que gobernó una centro izquierda democrática y con políticas sociales para la clase media y los pobres.
Alfonsín terminó con una hiperinflación provocada por su propia torpeza y por los poderes fácticos antes nombrados.
Alberto está cerca de terminar así. La diferencia es que Alfonsín tenía huevos y era honesto. Alberto no.
¿Y que pasó con Cristina? Todos querríamos que fuera la mujer maravilla, pero no, es una persona común de carne y hueso que tiene miedo y ya no quiere más lola. Le hacen juicios por todos lados y le pusieron una pistola en la cabeza (literal y figuradamente).
Cristina no pudo más y se rindió.
Y ahora, aunque se diera el milagro de que Massa entrara al ballotage con Milei y le ganara, enfrentaría un gobierno super condicionado a ajustar por derecha, no muy diferente a las otras opciones en danza.
Se acabó la Patria. Volvimos a ser Colonia.
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