Mubi me recordó una película de 2014 que se me había escapado del radar: Perdida (Gone girl).
Basada en un best seller y dirigida por el siempre notable David Fincher, la película pone el dedo en la llaga de la corrección política y el feminismo tan en boga.
Acá la loca mala es la esposa (grandes interpretaciones tanto de Rosamund Pike como de Ben Affleck) en un matrimonio que comienza como una bella historia de amor hollywodense y después se comienza a deformar.
Tal vez esa deformidad es excesiva y eso le quita verosimilitud a la historia. No hay psicópatas como Amy en la vida real (¿o si?) pero lo brillante de la película es como pone a funcionar la maquinaria social de la corrección política y la porquería de influencia que ejercen los medios de comunicación acá, allá y en todas partes.
Es una tragicomedia de humor negro. Muy negro.
Y termina mal (¿o bien?).
Y nos deja felices a los que nunca nos casamos.
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