Pasé las fiestas entre Villa Gesell, Buenos Aires y Mendoza y volví con Covid.
Mi primera vez.
¿O fue la segunda?
Recuerdo que en Febrero de 2020 fui al Festival Osho en San Vicente y tuve contacto estrecho con una alemana trotamundos, que tenía una tos horrible. Luego, cuando volví a Suárez, tenía esa misma tos y dolores corporales e intuitivamente tomé Tafirol y pasaron.
Como sea, esta vez todo fue un resfrío, una gripe leve y supongo que eso demuestra que la vacunación funciona.
Hay que vacunarse y dejar de repetir tantas pelotudeces y teorías conspiranoicas que solo perturban.
Lo que si creo en plan paranoico es que este virus es un invento humano, hecho con toda la mala leche del mundo. Recuerdo el contacto con alguna gente viajera que ya tenía esos mismos síntomas en 2019.
Alguien estuvo probando y tirando veneno hasta que prendió y se convirtió en pandemia.
Ni es todo una conspiración permanente ni estamos hablando de algo meramente casual.
La idea de que este virus de mierda haya salido del mundo animal suena a excusa boba, aunque nos merecemos que la naturaleza nos ataque porque la estamos destruyendo despiadadamente.
Va mal el mundo, autodestruyéndose mientras estamos todo el día con el puterio de la grieta local.
Soy pesimista sobre el futuro de la raza humana.
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