Anoche proyectaron "Zama" por la Televisión Pública.
La película me pareció más densa y compleja que cuando la había visto en el cine.
Me concentré en una escena que me había dejado manija ya la primera vez.
Es cuando Zama flirtea con la esposa de un ministro que está sola. Tienen un par de encuentros y es todo muy sutil. Hay un juego de seducción, Zama la busca, ella bebotea, pero en el momento cúlmine, el antihéroe duda, no reacciona y pierde.
En argentino básico Zama sería lisa y llanamente un boludo.
Según lo que recuerdo de cuando leí la novela de Di Benedetto, esos juegos de seducción no estaban, son agregado de Martel. Incluso en el libro Zama sale re caliente del encuentro con la dama y viola a una indígena. Esa escena no está en la película.
Todo el film es una prodigiosa reescritura de Lucrecia Martel sobre la novela original y como siempre en Martel, impera la misantropía.
Las cuatro películas que filmó la salteña se empeñan en demostrar que la gente y el mundo son una mierda. Que no hay salvación.
Sinceramente me jode a nivel personal que nuestra cineasta más brillante y reconocida en el mundo sea tan nihilista y transmita ese desprecio por la existencia.
No le pido que se vuelva light, new age, pero este extremo que alcanza en "Zama" una perfección inaudita, también tiene una oscuridad que lastima y entristece.
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