jueves, mayo 16, 2019

TAOÍSMO + BUDISMO = ZEN




Se suele hablar de Budismo Zen, como si el Zen fuese un tipo de Budismo.
Error. El Zen es la evolución del Budismo.
El Zen nace cuando un monje budista, Bodidharma, viaja de la India a la China y allí encuentra las enseñanzas del Taoísmo, fusiona ambos y logra una cumbre de la espiritualidad humana.
En la India siempre fue tan poderoso el Hinduismo que lograron extirpar el Budismo sin matar ni crucificar a nadie. Recordemos que el Buda había nacido y vivido allí.
Bodidharma lleva la práctica que iluminó a Buda, es decir, el sentarse en la posición de loto.
Y en China se encuentra con todo un nuevo Universo: las enseñanzas de Lao Tse y Chuang Tzu.
El Taoísmo es aún más extremo que el Budismo: ni siquiera plantea la necesidad de meditar.
El Taoísmo plantea simplemente no hacer nada, no meter el ego, la voluntad, el deseo y dejar entonces que el Tao hable.
Dios proveerá, diríamos acá.
Fe, Confianza, Rendición.
Rendirse, no pelear.
Se ve que yo era bastante taoísta sin saberlo, aunque no hay que irse a los extremos: cuando el Tao habla, cuando aparece la solución, entonces se arranca.
Por eso no es tan simple el zazen, la meditación zen.
Te sientan frente a una pared y te dicen: no hagas nada, no pienses nada.
No es tan simple desarticular una mente que tiene años, siglos trabajando.
Cuando lo intenté no sabía todo esto y aparte, algunos senseis no te tienen tanta paciencia.
Medité primero con los que son del linaje de Taisen Deshimaru, un monje japonés que se mudó a París y se dedicó a enseñar allí hasta su muerte. Luego lo sucedió un franchute hippie, personaje total que guía a los argentinos. Estos tienen varios lugares en CABA y un monasterio en Capilla del Monte.
Luego me fue mejor en el Zenba, el precioso lugar de Palermo Hollywood que tenía Alberto Silva, un erudito argentino en filosofía y literatura que estuvo muchos años en Japón, aprendió el zazen y fue autorizado para enseñarlo por los monjes de allí.
Silva es una rara avis: un tipo brillante dentro de la mente y a la vez con sensibilidad para la no mente.
Pero no pudo sostener ese sueño y volvió a Europa, según creo.
Osho lo que dice simplemente es: si podés sentarte y meditar, ya está, el zazen es perfecto.
Pero como sabía que algunos estamos muy pasados de rosca y nos cuesta quedarnos quietos, inventó las meditaciones activas con baile, catarsis y una multiplicidad de técnicas para que nadie quede sin iluminarse.

No hay comentarios.: