De cara al 2026 y cerrando el análisis de los claroscuros de 2025 yo diría que el balance es bastante positivo.
Encontré lo que estaba buscando espiritualmente hablando. Ahora viene el laburo meditativo fino y el regreso al mundo laboral.
Porque estoy ahora mucho mejor mentalmente que nunca. Cada vez pienso y escribo mejor.
Entonces me gustaría cumplir sueños en el espectro de lo que amo y se hacer: periodismo, publicidad, cine o literatura.
También soy muy simpático y accesible para tomar algo con cualquiera: ignota o famosa.
Pero no más que eso. Hoy no estoy ni para un pico con una mujer, mucho menos sexo.
Hay una delgada pared invisible que me separa de ellas.
Una angustia que me desborda, una opresión en el pecho, algo que se me atraviesa en la garganta.
Son traumas no resueltos ni por el psicoanálisis, la psicología ni la psiquiatría.
O lo arreglo yo o no lo arregla nadie.


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