Sigo leyendo el muy interesante libro de Campbell que con sus virtudes y defectos, hallazgos y omisiones me llevó a preguntarme:¿en que consiste la cosmovisión oriental?
Aquí una apretada síntesis: vivimos en un mundo ilusorio al que se llama Maia. Es ilusorio y por lo tanto falso pero a la vez es un reflejo de la Divinidad, por lo tanto también es un reflejo de lo Real.
La Divinidad o Dios o el Universo o Tao, como quieras llamarlo, es juguetona: A eso se le llama Lila y hasta las cosas más horribles que pasan son reflejo de este juego, todo en definitiva es para bien y cada cosa que pasa en nuestra vida está diseñada con un formato de diversión para que despertemos, para que nos iluminemos.
Para despertar hay que estar atentos, alerta, no dejarnos llevar por los pensamientos y emociones, la iluminación está más allá de eso y los que llegaron dicen que cuando cesa el pensamiento se ven las cosas como son pero por eso mismo esto es imposible de comunicar en palabras.
En este juego de la vida somos todos artistas, más allá de los pintores, cineastas o lo que fuera hay un arte superior que es el arte de vivir. Cada paso que damos, cada decisión que tomamos es artística, es poesía pura.
Por eso en Oriente hasta las cosas que parecen más raras son un camino divino, un arte. Por ejemplo la ceremonia del té o las artes marciales se enseñan para trascender el ego, la mente, son una meditación más.
Y si aún después de todo esto no logramos el Nirvana, el Samadhi, Satori o como quieran llamar a la iluminación, queda una última oportunidad de fundirse con lo Divino: al momento de nuestra muerte aparece el famoso túnel de luz que tantos vieron y si uno entra en el se libera y despierta.
Pero dicen que la mayoría de las personas en ese momento se asustan y huyen como ratas de la luz.
Entonces pasarán 49 días y ese alma volverá a reencarnar en otro cuerpo.
Y vuelta a empezar en el Samsara: nacer, crecer, morir y volver a renacer a menos que despertemos y nos liberemos de esta rueda infinita.


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