A fines de 2015, principios de 2016, yo cuidaba a un escritor que admiro mucho y que estaba en una situación desesperante. Soporté solo un par de meses esa situación y luego renuncié y toqué fondo a nivel personal.
Estaba en la oscuridad, literal.
Empecé a meditar con 3 escuelas diferentes: en el ZenBA con Alberto Silva, retomé la práctica de mantras con el sensei Gustavo Aoki del Budismo Nembutsu y también mantras con la Soka Gakkai.
Paralelamente a todo aquello, yo había comenzado a leer y comprender a Osho y eso fue la luz al final del túnel.
Estuve muchos años con Gustavo Aoki, en diferentes etapas, siempre inconstante. Aoki, un tipo generoso y simpático, es monje de ese budismo japonés y tiene un restorán japonés, Furaibo, que está en Alsina al 400, a la vuelta de la Casa Rosada. El restorán es a la vez templo, así Gustavo une sus dos pasiones: la religión y la comida (entre otras cosas).
Los japoneses son muy particulares, ni buenos ni malos: especiales. Ellos creen en todo, aceptan todos los cultos y religiones. Son abiertos y compasivos. Cuando hablamos del "Budismo" Nembutsu (también conocido como Escuela de la Tierra Pura) se suele confundir con el Budismo Tradicional, el de Sidharta Gautama (y hay que decir que ellos juegan astutamente con esa confusión) pero aquí la palabra Budismo se toma por su raíz: Buda significa el despierto. Hay y siempre hubo muchos maestros que despertaron, que se iluminaron, por lo tanto todos son Budas (y todos tenemos la potencialidad de ser Budas, de iluminarnos). Pero en general cuando se habla de Budismo, todos entendemos que es la religión del iluminado hindú que vivió hace 2500 años.
Pues bien, en este caso y en otros no es así: el Nembutsu venera a otro Buda llamado Amida, anterior a Sidharta Gautama y del que se tiene poco registro histórico. En este culto esotérico, en esta secta o como la quieran llamar, toda la práctica consiste en repetir una y otra vez el mantra con el nombre del iluminado: Nao Amida Butsu o simplemente Namandá.
Incluso yo tengo un ejemplar de un librito que ellos siguen, que se llama "Tanisho" en donde se afirma claramente que no importa lo que el hombre diga o haga, que si repite el mantra todos los días eso lo va a salvar y lo va a hacer renacer en la Tierra Pura de los Budas.
Cuando finalmente entendí esto, luego de muchos años de dar vueltas en círculos, decidí que no era mi camino, agradecí y me retiré.
En una sincronicidad perfecta, yo leí a Osho explicando lo que significaban los mantras para el. Como una revelación que me asaltó en ese momento, un esclarecimiento, Osho explica que para el los mantras no son ni meditación ni religión. Que en la meditación desconectamos de la mente y en el mantra la mente se vuelve más aguda, se enfoca con un objetivo. Dice entonces Osho que eso es magia, ilusionismo, no espiritualidad. Que los mantras pueden ser útiles incluso si uno quiere lograr determinado objetivo: un auto, una casa, un amor. Que repitiendo todos los días probablemente hasta logres lo que deseabas, pero que en todo caso eso no es algo espiritual. Es otra cosa.
Más demencial es lo de la Soka Gakkai, donde solo estuve un par de meses obsesionado con una chica que a su vez estaba obsesionada con que yo entrara en esa secta. El caballito de batalla de ellos es el mantra namio renge kyo. Acá aparece mas abiertamente la parte material, se invoca el mantra para pedir y lograr cosas y mal no les va, son como una especie de ONG que está en más de 100 países y van para delante, compran, construyen, progresan.
Digo demencial porque la Soka Gakkai no es ni siquiera una secta, no hay monjes, es laico. Es la obsesión de una par de japoneses por la vida y obra de un ignoto monje llamado Nichiren. Y lo consideran a el un Buda, por eso se llaman a si mismos Budistas. Así que todo se trata de leer las cartas de Nichiren y repetir el mantra para pedir lo que deseás.
Deseos, muchos deseos, Sidharta hablaba en contra de esto, de todo tipo de apego.
Bueno y así fue como dejé los mantras y comencé a juntarme con los seguidores de Osho y a practicar sus famosas meditaciones activas.
Mi modesta visión del fenómeno de los mantras, lo que me resonó en su momento y me trajo hasta acá, lo que no quita que la enseñanza de Osho sea paradojal y así como dijo una cosa muy clara en contra, en otro momento puede haber dicho algo claramente a favor.