El domingo, en un breve retiro espiritual, reconecté con la naturaleza.
La caminamos, la respiramos, meditamos a orillas de un arroyo, en medio de un bosque.
Recordé lo que dice Osho y recuperé sensaciones guardadas desde mi infancia.
La madre natura es esa madre amorosa que nos perdona todas las cosas horribles que le hacemos.
Debemos volver a ella.
De hecho, me parece mucho más razonable creer en la Pachamama que en un dios abstracto. Esta es una divinidad que podés ver, tocar, respirar.
Hoy por hoy me parece una boludez ir a amontonarme en ciudades enormes, alienadas, contaminadas, a no ser que sea por importantes obligaciones laborales.
Debemos volver a casa, a la naturaleza.
Salvarla, salvarnos.
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