Segundo opus de Natalia Meta, "El prófugo" se mueve en esa zona ambigua del thriller psicológico donde no se sabe si el personaje magistralmente interpretado por Erica Rivas está mal de la cabeza o la persigue alguien de otro mundo.
Como sea, Rivas transmite durante todo el film esa incomodidad, tensión absoluta que parece hecha a su medida. La duda que me cabe es si Erica hace un personaje o hace de si misma. Como sea, la película funciona muy bien gracias a ella y al elencazo que la rodea.
Adaptación libre de "El mal menor" del recordado Charlie Feiling, la película bordea el chiste para 5 pero nunca cae en el ridículo. Es poderosa y pretenciosa pero nunca cede la tensión.
Es muy importante el sonido, con el juego del cine dentro del cine y la protagonista trabajando en doblaje y cantado en un coro.
El final es absurdo pero simpático: después de pasarla horrible, al borde de un ataque de nervios, Rivas canta con el coro un temazo de Los Auténticos Decadentes.
O sea: nada que ver con nada, un delirio todo, pero uno sale sorprendido del cine y con una sonrisa dibujada en el rostro.
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