PALO

 

Como me costó escribir sobre Palo, pero acá voy.

Me costó porque siempre lo consideré un chamán, de la misma estatura espiritual y artística que Spinetta y Cerati.

Y fui fan de la primera hora con los dos discos de Don Cornelio, el primero la perfección pop, el segundo la imperfección dark.

Pero mirá que groso era Palo que no se agota en pop, rock o dark.

Porque luego con Los Visitantes encaró para el lado del tango y los ritmos latinos también.

Fue pionero, vanguardia en casi todo.

Y además era un poeta de puta madre, con una voz personal e inolvidable.

Lo vi a principios de 2018 el solo con una acústica interpretando para unos pocos en el Centro Cultural Recoleta.

Me dije: que bueno estaría llevarlo a Suárez y que haga eso mismo.

Lo contacté por Twitter, ya lo tenía, era un tipo accesible e intercambiamos mensajes varias veces.

Pero luego con lo que me pidió no me daban los números.

Tenía que llenar una sala para salir echo solamente. Y sabía que no iba a llenar en Suárez.

Lo debí haber traído igual, ya que la guita la tenía.

Pero preferí bancar el programa de radio en Baires e invitarlo.

Ahí le expliqué la situación pero parece que no le gustó mucho y nunca vino. 

Quedó en un tal vez.

Una lástima todo: eso y su muerte.

Porque Palo era muy groso: como poeta, como rocker, como chamán, como místico.

Como quieras verlo.