Fui a la entrañable Biblioteca Sarmiento a buscar libros. Me atiende la querida bibliotecaria Graciela y me va mostrando opciones.
-Son libros raros, para vos que sos raro- me dice.
En la montaña de libros distingo un Aira que no conozco, "Cumpleaños". Lo llevo.
Escrito en 1999 y publicado en 2001 el librito no es siquiera una nouvelle, un cuento largo, una novela breve. Es lisa y llanamente un cuento.
El cuento va hilando sucesos a partir del día que César Aira cumple 50 y eso le dispara las acostumbradas y geniales disgresiones que son la base de su estilo.
Son reflexiones filosóficas y literarias, pero entonces ¿Qué es esto? ¿un cuento o un ensayo?
Hasta el encuentro en Pringles con una moza de Suárez, escritora aficionada, le dispara magia a Aira.
¿Le darán finalmente el Nobel de Literatura que le negaron a Borges?
¿Importa eso realmente?
Lo esencial, me parece, el secreto de la literatura de César Aira, pasa por esas módicas maravillas que le dispara cualquier hecho, por insignificante que parezca.
Es una máquina de narrar felicidad.
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