miércoles, octubre 11, 2017

AL PALO





La nueva película de Diego Kaplan es la sorpresa del año. 
Ante el estupor de los críticos en su estreno hace una semana, se citaron muchas influencias: Armando Bo, el primer Almodovar, hasta Buñuel. Pero no nos olvidemos del porno soft, del cine publicitario en el cual suele trabajar Kaplan y sobre todo, de "Son o se hacen" un programa que dirigió hace 20 años en la tele argentina y que fue de culto. Que comenzaba también con un montón de lugares comunes bien grasas, para luego retorcerlos y llevarlos al paroxismo. 
Así pasa en esta película erótica pero a la vez irónica, postodo.
La ambientación en los años 70 da pie para que se luzca la producción, la fotografía, la música, el vestuario y todo lo que hace a la reconstrucción de un clima de época que remite al cine argentino más berreta, pero no despectivamente, sino sumándolo al delirio sexual que plantea el conflicto entre dos hermanas y una madre trastornada (nuevamente se destaca Andrea Frigerio). 
También sorprende mucho la crudeza explìcita de muchas escenas sexuales, algo único en el cine argentino de cualquier época, se entiende porqué la película es prohibida para menores de 18 años.
La película no es una obra maestra, le falta un poco de cierre, pero igual está muy bien. 
No será Buñuel pero tampoco es Armando Bo. 
Construye un imaginario propio, insólito para el cine argentino y para cualquier cine.
Pàrrafo aparte para Pampita, en su debut cinematogràfico: esta chica no hace nada a medias. Corre todos los riesgos y sale bastante bien parada. No me hubiera imaginado que iba a aceptar un proyecto tan al límite.
Hay que creer en el proyecto de un tipo que te cuenta una pelìcula insòlita, que podría haber salido muy mal.

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