miércoles, junio 21, 2017

PERIODISMO Y PORNOGRAFÍA

Estoy haciendo tiempo para tomarme un micro en la Terminal de Bahía Blanca.
Merodeo el kiosco, plagado de diarios y revistas. La oferta es variada y confunde.
Elijo por instinto.
Me shockea la tapa de Gente con esa tremenda Eva de Dominici vestida de negro, de mujer fatal.
La revista es una garcha, las notas las podría escribir un chico de secundario.
Pero eso no importa.
Lo que importa, lo que compré, es ver la nota de Eva.
Y digo bien, ver. No leer.
Porque es una producción poderosamente erótica, con esta bomba de 22 años que se presta al juego de aparecer en poses seductoras.
Me erotiza mucho más esa producción fotográfica que cualquiera de Playboy.
Porque solo sugiere, no se desnuda del todo.
Así es el periodismo hoy: mujeres y hombres perfectos, producidos y photoshopeados para parecerlo aún más.
Objetos de consumo autoconscientes, que se prestan a ser exhibidos como un auto de lujo, como una mercancía.
Gente es el punto medio.
Si vas para un segmento económico más alto comprate Hola o Caras.
Para un segmento más bajo, Pronto o Papparazi.
Pero todos juegan el mismo juego: tremendas producciones fotográficas, el resto no importa.
Vender un objeto de deseo, sea una mujer, una casa o un modo de vida.
Pornografía emocional.

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