El Patriarca Zen Dogen dice: el tiempo transcurre del presente al pasado.
Ya me había pasado con gente suarense que está terminando los veinte, entrando en los treinta, que logra una curiosa sincronía con los que ya estamos en los cuarenta.
Ellos aman las películas, los videojuegos y los aparatos y la música que se empezó a gestar en los ochenta.
Hablo del acid house, de los Roland 303, de la película Los Goonies y siguen las firmas.
Así, la nueva generación viene a reinvidicar desde la nostalgia algo que otros vivimos.
Pero: ¿lo vivimos tan intensamente, adecuadamente? Esa y otras preguntas surgen cuando uno baila desenfrenadamente con Acid Goonies y siente eso.
Que el tiempo transcurre del presente al pasado.
Sin duda los mediados y fines de los ochenta fueron gloriosos, pero yo apenas era un adolescente desconectado de las grandes urbes globales y no viví esa efervescencia, ese éxtasis.
Por eso ahora puedo disfrutarlo desde otra perspectiva. El pasado se vuelve presente.
No es un revival. Hace 20 años que vivimos en un loop permanente, en una cinta de Moebius de la que no podemos ni queremos salir.
Es el ayer mirado con los ojos asombrados de hoy.
Con Acid Goonies el tiempo transcurre del presente al pasado. Y es maravilloso.
Versos tachados
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No todos los versos tachados
hablaban de vos
algunos buscaban sentido
creyendo saber lo que ha sido
morder el dolor
como si beber un vaso de arena
pu...
Hace 4 semanas.
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