martes, mayo 20, 2025

UNA DELICATESSEN




Soy poco confiable como crítico musical a primera escuchada.

Muchos discos geniales me disgustaron la primera vez que los escuché. Y viceversa.

Necesito meses, años para degustarlos en toda su dimensión.

Por eso la primera impresión de "El (in)correcto uso de la metáfora", sexto disco solista de Richard Coleman, fue floja, me daba la impresión de ser menos de lo mismo. 

Hasta que leí la reseña del maestro Jalil en la Rolling Stone y eso me llevó a una nueva escuchada. Y otra. Y otra.

Claro, pasaron 8 largos años del último disco de Richard, el eufórico y bellísimo "F:A:C:I:L" que tenía un groove hitero, aún entendiendo que Coleman no compone hits.

En ese sentido este nuevo opus es menos hitero aún, un regreso a los orígenes post punks, a las guitarras con distorsión, a los bellos acoples. Un run for cover, diría Hitchcock.

Hasta el paroxismo de versionarse a si mismo con "Entre sábanas" del primer disco de Fricción.

Un retorno al dark ochentoso, una huida musical y poética de este mundo musical y político horrendo de hoy.

Coleman nunca quiso ser exitoso y en este disco menos que menos: es un elixir solo para entendidos, una delicatessen para los que amamos la buena música sin edad.

Acompañado por su banda de apoyo "El Transiberian Express" y con la guitarra magistral de Phil Manzanera en 3 canciones y las participaciones de Lidia Borda y Flopa Lestani Coleman desgrana 9 temas magistrales que nunca van a sonar en la radio que escuchás.

Ni falta que hace.

Clásico.

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