En algún lugar Osho dice que hay tener siempre un maestro, que con las meditaciones solas no alcanza.
Pero Osho dejó este plano en 1990 y no nombró sucesor. Y me da la impresión que los seguidores de Osho somos una anarquía, cada cual hace lo que se le canta.
¿Entonces cual es el iluminado vivo de esta época al cual debo seguir?
Hay varios candidatos (y candidatas) pero el que más me cierra es Eckhart Tolle.
Alemán radicado en Canadá, escribió el best seller "El poder del ahora" que estoy releyendo por enésima vez en estos días y que sintetiza la enseñanza que para mi es la única y verdadera.
La misma que Osho, de Jesús, de Buda, Mahoma, el Zen y un largo etcétera.
La idea es que todos los maestros espirituales de todas las épocas enseñaron lo mismo pero con diferencias culturales y de idioma. Eso dio lugar a muchas confusiones y manipulaciones y parece que todas las religiones hablaran de cosas distintas.
Pero no.
Cuando aparece un iluminado como Tolle, explica todo de una manera sencilla y contundente.
Por ejemplo: su intervención explicando la parábola del hijo pródigo de Jesucristo es brillante.
Recordemos esa historia que nos enseñaron desde pequeños: un hijo abandona al padre, cae en una vida licenciosa y se gasta toda la herencia. Finalmente termina volviendo arrepentido a pedirle perdón a su padre y este organiza una fiesta para celebrar que lo ha recuperado.
La interpretación de Tolle es que está hablando de la iluminación, del estado de conciencia supremo. El hijo la tenía y se dejó tentar por el mundo exterior y sus mil y un encantos para al final arrepentirse y volver a la conciencia original (esa que perdimos cuando Adán comió la manzana del árbol del bien y el mal). Entonces el padre lo festeja y lo quiere más que antes.
Nacimos en ese estado de pureza, de amor y luego lo perdemos con la mente que nos inculca el mundo ilusorio, pero finalmente, si volvemos a reencontrar esa pureza, si nos iluminamos, esta vez Dios nos quiere más porque es una conciencia ganada con esfuerzo, no gratis como es al nacer.
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