sábado, mayo 24, 2014

NO ME ROMPÁS LAS BOLAS CON EL FÚTBOL QUE SOY DE RACING

A mi me encanta el fútbol, te juro que nunca disfruté más de practicar un deporte que cuando jugaba al fútbol, en aquella gloriosa quinta B de Blanco y Negro, mi club suarense. Es el más hermoso de los deportes. Pero mirar partidos ya no me gusta tanto, es la misma diferencia que coger y mirar coger, salvo que la cosa sea muy intensa, no te enganchás demasiado. Para colmo, soy de Racing, nunca una alegría. Pero mejor, eso me mantiene inmune a la psicosis colectiva argentina. Encima llega el Mundial y no te quieren dejar zafar: los medios, las publicidades, exacerban una pasíón de por si extraña, deforme.
Un par de cosas: las imágenes de las super estrellas del fútbol europeo abrazándose con los hinchas que están ahí nomás, sobre el césped. No como las canchas horribles nuestras, con alambrados y fosos como si se tratara de una guerra. Dejate de joder, que me hablás de que somos pasionales, eso es locura papá, barbarie, no calidez sudamericana.
Otra: la futbolización del rock o la rockerización del fútbol, no se a que genio se le ocurrió mezclar y batir. Así cada rockero que viene de afuera sabe que para llevársela con pala simplemente tiene que decir que somos el público más emotivo del mundo y ponerse la camiseta argentina. La boludez de que el espectáculo está en las tribunas y no en la cancha o el escenario.
Demencia, decadencia. Tapar todas las frustraciones vivenciales yendo a gritar a una tribuna hasta quedar disfónico literalmente.
¿Y si Argentina no sale campeón en Brasil que?
Nada querido, inventate una vida, leéte el "Ulises", empezá yoga.
Y no me rompás mas las bolas con Tevez!!!!

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