viernes, agosto 19, 2011

LOS LOCOS DEL PUEBLO

El circuito de los locos, los artistas, filósofos, vagos del pueblo, está claramente delimitado.
Contempla el café Tacos en el centro, la heladería Iglú, cerca de mi casa y la estación de servicio El Mástil, yendo hacia la salida.
Los locos somos un grupo de entre 5 y 10 hombres entre los 30 y los 60 años, de clase media, media alta, que por distintas circunstancias socio culturales, disponemos de tiempo libre, fuera del mundo normal.
Roberto Arlt habló con mucha autoridad en su época de los haraganes porteños. No he visto nadie que se dedique a los haraganes de provincia.
Todos tenemos en común tener acceso por herencia a ciertos privilegios, aunque no somos ricos, ni tampoco nos interesa serlo.
Preferimos la deliciosa marginalidad del charlatán de café.
No somos amigos, pero la vida nos acerca, nos encontramos siempre, en todos lados. Y es inevitable la conversación dispersa, sobre arte y mujeres. Luego esa comunicación de locos continúa a través de Facebook.
La errancia diurna, mientras todos trabajan, es inevitable: se tomarán mil cafés, alcohol también. Fue una bendición la apertura del 24 hs del Mástil, al estilo gran ciudad, aunque allí no se vende alcohol. La errancia nocturna es otro tema.
Los locos estamos sobre informados, casi todo el día al pedo, se leen todos los diarios, se saben todos los chismes, se sanatea un poco sobre el mundo de las ideas.
Digo yo, pensamiento de loco: ¿ quién está peor, el que ha decidido conscientemente que nada en el mundo requiere mayor esfuerzo ni dedicación y que se dedica a la paz y sabiduría de la vida contemplativa o aquellos que se desloman todo el día, tratando de ascender en la vida social, de superar a otros como sea, de hacerse un nombre, para luego morir tristemente, como cualquiera?
Como diría Clarín: Polémica...

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