Recién vengo de la Sala Bicentenario del Mercado de las Artes, donde el Instituto 48 organizó una maratón de Borges en conmemoración de los 112 años que hoy estaría cumpliendo nuestro héroe y traidor.
Hubo de todo en las lecturas: confesiones personales, recitados, egos brillando, pequeños actos de humildad.
Y cada cual interpretó su Borges: breve, genial, largo, insoportable, optimista, pesimista, militarista, anarquista, malo, bueno, conmovedor.
Y hubo hasta alguno que volvió a citar esa pelotudez de: Si volviera a vivir, comería más helados, que reitero nuevamente: no es de Borges.
Pero en síntesis, me encantó, Suárez me dio otra prueba de enorme, escondida vitalidad pensante.
Y Borges es nuestro escritor más argentino, para bien y para mal, incluso cuando es antiargentino.
Y el momento más original de la noche lo dió el periodista de automovilismo que contó una historia copadamente borgeana y leyó un texto inédito de Borges, si es que existe algo así en la Tierra, después de María Kodama.
Mención aparte para las historias de amores borgeanos perdidos en el pasado y el mundo de las ideas.
Eh, nunca pensé que la iba a pasar tan bien gracias a Borges!!
Casa
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La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 1 semana.
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