El Gobierno de Alberto Fernández, sin ser del todo malo, fue tibio y mediocre.
Recién ahora se atreve a plantarse a la Corte Suprema y al poder real que ellos encarnan junto a Clarín, La Nación y el Pro.
Aparte ningún gobierno de la historia argentina fue tan horrible y perverso como el de Macri, que nos endeudó de por vida y encima el dinero no se usó para el pueblo, sino que se lo quedaron el y sus amigos banqueros.
Hace rato que quedó claro que el Pro, Macri, Larreta y demás son aliados al poder mediático y a la Corte Suprema, que los ayuda con sus fallos.
Encima todos se reúnen a conspirar en la estancia de Lewis, el inglés multimillonario que se robó un lago argentino y no deja entrar a nadie, desconociendo un fallo de un juez de esa zona.
Dan mucho asco y vienen por todo: por el país, por tus derechos, por tu indemnización, tu jubilación y demás.
Ya se que nadie está contento con Alberto porque se la jugó muy poco, se asusta mucho y da muchas vueltas. Incluso Cristina decepcionó actuando en el gobierno como si fuera la jefa de la oposición.
Pero lo otro es peor, horrible: vienen a sacarte todo.
El Pro encarna claramente la voluntad de los dueños del poder económico de hacerse también del poder político y mediático.
No se entiende que hace el radicalismo como aliado, un partido que supo tener grandes líderes populares.
Después también merodean por esa zona psicópatas como Carrió y Milei.
Son la armada Brancaleone y vienen por todo.
Pero si el gobierno ahora se pone las pilas y Massa ayuda con la economía, todavía existe una esperanza de remontada.
Nunca den por muerto al peronismo.