Como todos, viví el furor noventoso de Pedro Almodóvar en Argentina, adonde asistimos a varias obras maestras del español.
Ya entrado el Siglo XXI, le vi un par de películas flojas y me dejó de interesar.
Llegando a los 70 años se supone que ya ha dado lo mejor de si, pero con su ultima "Dolor y gloria" me vuelve a conmover.
Acá ya casi ni le interesa dibujar una ficción: el personaje es claramente el y está muy bien, simplemente le da una vuelta de tuerca más a sus obsesiones.
Antonio Banderas logra una actuación memorable y le tiene que agradecer a su amigo que le de estos papeles de verdad, no como los que le dan en Hollywood.
También se pasean como en casa nuestros Leo Sbaraglia y Cecilia Roth.
Y hay cameos de Agustín Almodovar y hasta de la estrella pop Rosalía.
Vuelve a ser muy importante Penélope Cruz, haciendo de la madre joven del creador.
Pedro Almodóvar se ha convertido en un personaje en si mismo y se divierte y conmueve hilando recuerdos, anécdotas e hitos de su intensa vida.
Los ve con esa mirada compasiva del que vivió el dolor, la gloria y ya está de vuelta de todo.
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