PIGLIA, EL NARRADOR OMNISCIENTE

Vengo maravillado de la charla que dió Ricardo Piglia en la Biblioteca Nacional, sobre la tradición en la literatura argentina enfocada en Juan José Saer.
En el último libro de ensayos de Piglia: " El último lector " el cita la imagen de Anna Karenina viajando en el tren en medio de la noche e iluminando con una pequeña linterna un libro, para poder leerlo. El narrador argentino cree ver allí una hermosa metáfora de como la literatura misma ilumina zonas desconocidas, oscuras.
Lo mismo podría decirse del Piglia ensayista, conferenciante brillante: ilumina zonas que ignorábamos, que no habíamos visto en nuestra lectura. Es un Borges políticamente correcto: tiene el mismo vuelo pero sin cegueras políticas. Lo mismo podríamos decir del Saer narrador: tiene una prosa incomparable, sin exabruptos gorilas. Ellos heredan y a la vez superan al maestro. Claro que es muy pronto para que todos lo reconozcan.
Y es Ricardo Piglia el que hace una operación aún más lanzada y sutil que la de Saer: introduce esas dotes de charlista, de ensayista, en el núcleo mismo de su narrativa, con lo que nos produce la impresión de ser un narrador omnisciente, que todo lo que dice es la verdad y es irrefutable.Claro que eso es falso y con el tiempo se verá.
Es el truco sutil de un narrador genial.