Mi amiga Letu

La única vez que nos vimos, hace 8 años, estaba en la filmación de una película olvidable, me acuerdo que la excusa era hablar con los protagonistas, pero en verdad me habían mandado a preguntarle a Oscar Martinez si eran ciertos los rumores de su separación de Mercedes Morán. Recuerdo que estuve como media hora hablando con él de "Art", del teatro, del cine y la televisión y en un momento deslizé con sutileza la pregunta requerida sabiendo que era lo único que iba a quedar en la nota. Yo colaboraba con una revista de chismes del grupo Perfil.
Martinez quedó tan contento con la nota que me preguntó cuando y donde iba a salir publicada, yo, con mucha vergüenza, le dije que iba a salir en Perfil a la semana siguiente, lo cual tenía algo de verdad, pero lo que él entendió es que saldría en el diario Perfil.
Después no tenía otra cosa que hacer, pero como la vi a ella sola, angelical, sentada sobre una cama de dos plazas, me senté y le pregunté cualquier cosa.¡ Y ella también me respondió cualquier cosa ! Empezó a decir 10 boludeces por minuto, delirio puro y me asusté tanto que me despedí y me fuí. -¿Ya está?- preguntó desairada.
En verdad y aunque ella no me crea, sólo provocan estas reacciones las personas a las que sentimos tan iguales que nos asusta su proximidad.
Si yo fuera mujer sería ella, si tuviera un hijo le pondría Indio o al menos Xul. Y haría y diría todas las boludeces geniales que hace y dice. Y grabaría un disco y haría un cover de " La rubia tarada".
Uno tal vez busca la diferencia por meterse en quilombos al pedo, pero cuando piensa en la verdad, en la coincidencia, se acuerda de la gente que le llega al corazón y que por tenerla tan cerca, nunca termina de verla en toda su dimensión.