sábado, octubre 26, 2024

CRÓNICA MUSICAL

 Anoche disfruté mucho el recital coral y sinfónico con música de películas, superproducción entre Suárez y Pigué.

Trabajo mancomunado de belleza.

Y pensaba: que gran invento ha sido la Escuela de Música en Coronel Suárez.

Y pensaba: detrás de toda la magia musical está siempre Blanca Long.

En el Coro, en el grupo Swing de Jazz.

Una leyenda, Blanca.

Va toda mi admiración y reconocimiento ahora que con los años se me pasó el resentimiento de que me echó del Coro porque no podía pegar una puta nota.

Ja, la música es el arte supremo pero nunca fue lo mío.

A mi me sale naturalmente escribir estas boludeces.

Pero los que están más cerca de Dios son siempre los músicos.

viernes, octubre 25, 2024

CLAROSCUROS DE RICARDO IORIO


 

Ayer se cumplió un año del fallecimiento del músico Ricardo Iorio y el Municipio de Coronel Suárez junto a Mercedes Resch de la Tranca de Cura Malal organizaron un homenaje "canonizador" mezcla de calidez y astucia. Es que viene mucha gente en peregrinación de todo el país y salen ciento cincuenta notas en los medios nacionales sobre vida y obra del ícono del heavy metal nacional. El Turismo Rural, agradecido.

A ver: es verdad que Iorio eligió a Suárez para vivir y morir. Todos tenemos alguna anécdota con el. Es un fenómeno que da mucha tela para cortar y va a seguir dando por mucho tiempo. La leyenda del pobre loquito del conurbano viniéndose a vivir al campo rico bonaerense. Fue un cruce extrañísimo. Tan fascinante como agotador. El rocker que andaba duro chocándose todo por los caminos del sudoeste bonaerense y que desayunaba ginebra servida cuidadosamente en tazas de té.

Los pibes de la banda Instinto DC tocaron sus canciones. Eran amigos y protegidos de Iorio. No conozco mucho de heavy metal ni me interesa pero solamente una canción como "Ruta 76" me alcanza para saber que era un genio que veía magia y poesía allí donde nosotros solamente veíamos la ruta que nos lleva a Sierra de la Ventana.

De ahí a transformarlo en un santo, hay una distancia importante. En el conviven el nacionalista que comenzaba fascinando reivindicando a Larralde y el nazí que terminaba horrorizando pidiendo la muerte de los judíos y los "negros" que tocan cumbia.

El otro día veía un video de uno de sus compañeros de la mítica época de V8 y Hermética decir que era un genio pero después no sabe que le pasó. Esa mutación extraña que hizo de artista de culto a meme del programa de Beto Casella. Quién sabe, tal vez su cerebro implosionó después de tantos años de locura y exceso.

Iorio era un referente de la extrema derecha, amigo de la vicepresidenta y que odiaba al kirchnerismo, por eso es rarísimo que un gobierno municipal de esta tendencia lo homenajee y le haga un busto.

Cosas locas que pasan en este país hermoso.

En fin, yo recomendaría dejar que las aguas se aquieten y que el tiempo ponga la vida y obra de Ricardo Iorio en el lugar que le corresponde.



jueves, octubre 24, 2024

LA RESURRECCIÓN DE WENDERS: EL MILAGRO DE PERFECT DAYS

 



En las últimas décadas, la comidilla de la cinefilia mundial era que bajo había caído el gran Wim Wenders y la pregunta era si alguna vez se iba a recuperar.

El gran cineasta alemán, luego de triunfar en su país, había conquistado también Hollywood con la extraordinaria "París, Texas", pero luego, a partir de "El cielo sobre Berlín" comienza un lento pero seguro declive, que parecía no detenerse, llevándolo a caer mas bajo película tras película.

Recuerdo incluso borrosamente, que en un momento vino a la Argentina a filmar una publicidad horrible de automóviles.

Pero el año pasado el bueno de Wim resucitó con "Perfect days", sino su mejor película, como mínimo la más trascendental.

Wenders ya había filmado en Tokyo y parece que el alcalde de esa ciudad japonesa le ofreció filmar cortos publicitarios sobre el avanzado sistema de baños públicos que tiene la ciudad.

Entonces Wenders se iluminó y dijo: mejor voy a filmar un largometraje sobre un hombre que limpia los baños y es feliz.

Lo que resulta es una bella parábola zen sobre ser nadie y ser feliz por eso mismo. Una película simple y hermosa con una banda de sonido espectacular y una actuación formidable de Koyi Yakusho.

La película, estrenada en 2023 en cines, se encuentra en la plataforma de streaming "Mubi" y en los canales ilegales habituales.


lunes, octubre 14, 2024

MI ENFERMEDAD

Desde 1998, en que tuve un brote psicótico, comencé la típica peregrinación por consultorios de psiquiatras, psicólogos, psicoanalistas, etc...

Pero lo que recuerdo especialmente fue la etapa que va de 2001(que añito) a 2006. Cinco largos años en que fui paciente de un personaje al que llamaré el psiquiatra cretino, que me diagnosticó como enfermo bipolar.

El cretino me sobre medicó: me lo pasaba tomando falopa legal, 3 tipos diferentes de medicación (en un momento llegaron a ser 4) y me quedaba dormido sentado.

Pero lo que más recuerdo de el fue una metáfora muy creativa, hablando de la esquizofrenia me dijo que eso no tenía cura porque las personas que la sufrían "venían con el cableado mal hecho de fábrica".

Es muy gráfico eso: si el cable azul está conectado con el rojo y viceversa, entonces es imposible solucionarlo, habría que abrir la cabeza y reconectar todo de nuevo.

A partir de 2006 cambié de psiquiatra y hubo unos movimientos paradojales: por un lado se me redujo gradualmente la medicación (desde entonces solo tomo una sola droga) y por otro lado el diagnosticó se agravó: después de muchas vueltas me terminaron diciendo que era esquizofrénico.

Es horrible que te digan algo así, como que te digan que tenés cáncer o sida, pero a la vez nadie sabe muy bien que significa esto. Y los psiquiatras no aclaran demasiado.

En principio, no hay una enfermedad, hay muchos enfermos todos distintos y para decirlo en criollo, se le llama esquizofrenia o psicosis a lo que no entienden que carajo es y por lo tanto no pueden curarlo. Otra vez vuelve la imagen impecable de los cables mal conectados.

Así que todo lo que propone la "ciencia" es medicar al paciente y aguantar lo que venga.

Es muy interesante lo que pasa con la medicación psiquiátrica: lo digo yo que la sigo consumiendo pero a la vez veo en mi cuerpo y mente como funciona. No solo no cura la enfermedad, sino que al atacar el síntoma y dormirlo, se mata al mensajero. Y luego están los efectos colaterales: aumento de peso y baja de la libido.

A ver: toda la medicina occidental, no solo la psiquiatría, es materialista, atea. Se atacan los síntomas y tratan de curarlos, es una especie de guerra.

Pero si vos sos religioso, espiritual, no lo ves para nada de esa forma. En principio existe una autoridad divina y un plan divino. Por lo tanto, si aparece una enfermedad, es porque la divinidad está avisando que algo funciona mal y que hay que corregirlo.

No plantear una guerra, una dicotomía bien contra mal.

Por lo tanto, cualquier enfermedad, incluida la famosa esquizofrenia, es un aviso que trae consigo una enseñanza. Toda esta visión no la descubrí yo, existe hace milenios, por ejemplo en la medicina ayurveda de la India o la medicina tradicional china.

Por ende, si los psiquiatras no tienen ni puta idea de lo que están tratando pero los sabios de Oriente dicen que si, adopto la meditación y todo lo que venga de Osho como la verdad más sagrada y curativa.

En estos días en que se habla tanto de la batalla cultural, me queda claro que hace varios siglos que acá la llamada "ciencia" le ganó la batalla cultural a las enseñanzas ancestrales, a las que se ningunea con el mote de "alternativas".

Que loco, porque a algo que existe hace solo doscientos años se lo toma por oficial y a los que tiene cinco mil, seis mil años se lo tiene por pensamiento mágico.

Pero yo cambié mi vida y mejoré mucho mi salud desde que descubrí las enseñanzas de Osho.

Y si hay una cura a mi enfermedad la voy a encontrar. O mejor dicho: ya la encontré.





jueves, octubre 10, 2024

BORGES, CERATI, OSHO

En su precioso ensayo, "La esfera de Pascal", Jorge Luis Borges le sigue el rastro a una frase sobre la divinidad que va atravesando el tiempo desde 6 siglos antes de Cristo hasta nuestros días. 

Son muchos los que la enuncian, con leves variaciones. 

La frase sería mas o menos esta:" La naturaleza es una esfera infinita cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna".

Cita también Borges a Giordano Bruno que escribe: " (...)El mundo es un efecto infinito de una causa infinita y la divinidad está cerca, pues está dentro de nosotros más aún de lo que nosotros mismos estamos dentro de nosotros".

Luego, unas décadas mas tarde, otro genial intuitivo, autodidacta y argentino, esta vez músico, Gustavo Cerati, graba una canción suya con Soda Stereo titulada "En remolinos" (para mi, la mejor canción de Soda) en donde todo gira no solo en la letra sino también en la música que es un ruido de guitarra, una distorsión, un loop infitnito y eterno que se suele llamar shoegaze, mientras Cerati va recitando unas aladas palabras, una poesía que encuentra el amor encarnado en una mujer y en el Universo todo. En remolinos.

Unos años antes, Osho, en una de sus tantas conferencias sobre el Zen, dice al pasar que todo en la naturaleza se da en círculos: los planetas, la rotación de los mismos, etc.

La línea recta, dice Osho, es un invento humano, no existe en la naturaleza, es un invento de la mente, del ego y por lo tanto es falaz.

La esfera, en remolinos, en círculos.

Eso que algunos llaman Dios.


miércoles, mayo 15, 2024

EL RUSO

Existe en el sudoeste bonaerense un crisol de razas que se ha ido mixturando aun mas con el tiempo.

Hay descendientes de españoles, italianos, franceses, ingleses y también alemanes. Además, hay varias colonias de alemanes del Volga. Que son un misterio dentro de otro misterio.

¿Qué son los alemanes del Volga? Cuenta una historia oficial medio confusa que eran alemanes muy pobres y que entonces la Reina Catalina de Rusia les dio asilo en sus tierras, pero luego cuando la Reina murió también abandonaron Rusia y cayeron en la Argentina. Algunas personas infieren que entonces son judíos, pero ellos se encargan de desmentirlo enfáticamente. Son católicos, hacen las iglesias mas grandes de la Provincia de Buenos Aires y veneran a la Virgen. Ok, entonces, ni alemanes, ni rusos, ni judíos.

¿Qué serían? Argentinos a secas, sea lo que sea que eso signifique.

En el pueblo se los conoce popularmente como "Rusos" y se les ha hecho fama de brutos. "Ruso cabeza de termo, ruso pata amarilla". El pueblo suele ser cruel. Y también confuso, porque en Capital siempre se les dijo rusos a los judíos.

Lo cierto es que lucen cual modelos publicitarios nazis: rubios y rubias, de ojos celestes, verdes, azules.

Así de fachero era el Ruso. Venía de una familia humilde pero tenía aspecto de príncipe.

Lo conocí escabiando algo (que raro) en lo de Coco, otro freak.

Los freaks del pueblo nos conocemos y nos juntamos rápido.

Somos los mal vistos, los que no encajamos.

Lo cierto es que el Ruso tenía una luminosidad particular y una verborragia que se encendía con los vicios. Consumía todo el tiempo mucho alcohol de todo tipo, fumaba tabaco y marihuana. Y quién sabe que más.

Pero decía que te seducía con sus relatos míticos de viajes por toda Sudamérica con lo puesto, haciendo dedo, tocando la guitarra y pasando la gorra. De eso vivía.

El ruso era músico. O algo así.

También era un místico a la bartola. Y un anarquista. Conspiranoico se llamaba a si mismo.

Componía canciones que sonaban todas parecidas con letras sobre el cambio climático, los agrotóxicos, la conspiración mundial de los reptilianos, las antenas de 5 G , los chemtrails etc, etc.

Pero era importante su sola presencia, si no hubiese existido habría que haberlo inventado.

Yo también lo admiraba porque siempre fui un nene bien, un nene de mamá, ni loco viajaría sin un mango, durmiendo en cualquier lado, donde pinte, sin tener para comer. Ni siquiera me gusta el camping. A mi siempre dame un buen hotel y una cama caliente.

Fui a varios cumpleaños del Ruso y siempre la pasaba bárbaro y conocía gente interesante, que nunca había visto ni por puta en el pueblo. Eso si, cuando se pasaba de rosca el Ruso era cargoso, denso y también se ponía agresivo. Como que se ponía para el cachetazo. Y me consta que varias veces ligó cachetazos y otras cosas.

Pero había algo en el que latía salvaje: la libertad.

No había terminado ni siquiera la primaria y cuando me contaba su vida era una mezcla de "Las aventuras de Tom Sawyer" y "En el camino".

Obvio que el no tenía ni idea de que eran esos libros, solo un trashumante amigo le había contado una vez que había visto la película "On the road" y le había gustado mucho, se había sentido identificado.

-Ruso, sos como Manu Chao-

.-Un careta- respondía.

-O como el Che Guevara-.

.-Un cheto-.

Nos juntábamos a tomar cerveza y vodka a morir. O lo que diera el bolsillo. Usualmente lo más accesible era tomar una pomelada, mezclando vino barato con jugo de pomelo también barato. Nos emborrachábamos hablando boludeces por horas, sin entender nada, pero esa energía del alcohólico, esa euforia nos unía.

Sus posiciones políticas eran por lo menos confusas: te defendía la Venezuela de Maduro y a la vez los bancaba a Trump y a Bolsonaro. 

-Lula es una mentira, como Mujica y el peronismo acá- decía el Ruso y convidaba un porro que tal vez era hachís y que no paraba de fumar durante todo el día.

Había un estado en el que se sostenía que era medianamente lúcido, pero a veces llegaba a visitarlo a la tarde y estaba totalmente roto, insoportable, sacado. No entiendo si a escondidas fumaba paco o como le pasa a muchos alcohólicos en cierta etapa, ya tomando un poco se les sale la cadena y quedan totalmente tarados toda la noche.

El ruso una de esas noches: -¡Se me apagó el televisor! Casi no la cuento más-.

Otra noche alucinada trató de explicarme cual era su idea de la espiritualidad: decía que al revés de lo normal, ir de adentro para afuera, el se proponía llegar de afuera para dentro, destruyendo al cuerpo (la cáscara) para llegar a lo esencial. También explicaba su locura cargosa diciendo que tenía un alma de payaso que lo obligaba a arruinarlo todo en el mejor momento.

Tenía muchos amigos de todo tipo pero en la colonia artística del pueblo estaba mal visto, lo odiaban e incluso diría que lo envidiaban. El era imprevisible, los otros eran los artistas oficiales, domesticados, políticamente correctos. En eso también me sentía hermanado con el. A mi muchos me odiaban porque no entendían de que vivía y yo los justificaba un poco porque tampoco comprendía del todo porqué mi vieja me bancó siempre contra viento y marea.

Desde ya que cuando vino la pandemia el Ruso no se vacunó, era otra conspiración para ponernos microchips a todos y tenernos dominados pero a la vez, esa hipótesis chocaba con otras del Ruso como que los Rockefeller y los Rothschild son los que gobiernan el mundo desde siempre y a la vez ocultan que la Tierra es plana. -¿Es una sola conspiración o son varias superpuestas Ruso?- Lo provocaba yo pero el siempre estaba en otra dimensión y no contestaba, solo se tomaba toda la ginebra.

Una vez en que me tenía que tomar el tren para Buenos Aires, el Ruso me dijo: -Te acompaño a la estación- Está bien pero portate bien amigo-. -Si si todo bien-. Antes de llegar a la estación, tomamos unos tragos por ahí para calentar el garguero. Igual llegamos temprano al Ferrocarril. De repente, el Ruso vio un grupo de minitas y flacos que estaban escondidos detrás de los galpones.- Pará que ahora vengo- me dijo y encaró para donde estaba el grupete. Ni los conocía, pero enseguida se hizo amigo, estaban charlando y fumando un porro, el Ruso se prendió y no le importó que hubiera cámaras por todos lados (todo el puto pueblo está lleno de cámaras, nunca pasa nada pero la cana sabe todo, el pueblo entero es un panóptico gigante). Es más: empezó a sacar la chota y a mear delante de todos. Lo previsible: a los 5 minutos teníamos dos patrulleros y la policía rodeando el lugar. Por suerte el tren llegó y me fui sin saber el final de la historieta, pero no pasó a mayores, los canas no encontraron el porro y le perdonaron la vida al Ruso. Todos lo conocían, es más: varios polis eran pibes que salían de joda antes con el Ruso y luego no les quedó otra que ponerse a trabajar de policías. Pero lo apreciaban y en cierta forma lo admiraban. 

El ruso estaba uno o dos años de gira por Sudamérica y cada tanto volvía al pueblo y nos reencontrábamos. Siempre traía los relatos de sus aventuras por Uruguay, Brasil, Perú, Chile, Bolivia, Colombia,y Venezuela.

Pasaron un par de años y otra vez yo me tomaba el tren para Baires. -Te acompaño y te presento un amigo porteño que está parando en casa-. Temblé pero no pude decir que no. El personaje era un estudiante de Sociología que se asumía troskista y que el Ruso había conocido en algún viaje. El flaco venía bajando y parando por toda la provincia de Buenos Aires. Tomamos unos vinos y luego salimos caminando para la estación. Los dos estaban algo escorados, obvio que habían tomado o fumado algo antes, pero todo parecía estar en orden. De repente y sin aviso, cuando pasamos frente a una rotisería vacía, el troskista se coló rápidamente por una puerta lateral. Por lo que supe después, tenía hambre y como era comunista asumió que podía comer sin pagar. El rotisero lo descubrió y no pensó lo mismo, es más, le puso tal piña que el pibe rompió la puerta de vidrio y cayó ensangrentado afuera. Otra vez sopa. A los 2 minutos estaban los patrulleros en la esquina, yo apuré el paso y llegué a la estación. El ruso intentó defender a su amigo pero solo pudo salvar su pellejo. Estaba todo filmado. El porteño se comió un par de días a la sombra. Nunca más le avisé al Ruso cuando iba a tomar el tren. 

Al poco tiempo retomó la travesía y llegó hasta Colombia. Allí conoció a una chica de la alta sociedad de Bogotá que se enamoró de el y le pagó un viaje a Europa. Aterrizaron en Amsterdam y estuvieron unos días haciendo el típico paseo turístico de la zona roja. Ahí se pudrió todo, se acabó el amor y el Ruso partió hacia Londres con su guitarra y una plancha de LSD. Me contó que era pleno verano y hacía más de 40 grados todos los días y el no tenía más dinero. Tocaba donde podía, se bañaba en las fuentes públicas y para dormir se tomaba unos trenes que iban y venían a cada rato y eso le permitía descansar unas horas en los asientos. También me contó que lo que más lo había impresionado era que la estación de trenes en Londres estaba en el lugar más céntrico de la ciudad, como si el tren argentino en lugar de dejarte en Constitución te dejara en la esquina de Santa Fe y Callao. Como pudo volvió a la Argentina, siempre sonriente y parlanchín. Nos encontramos un par de veces donde me puso al tanto de todo y me informó que ahora si había decidido irse a vivir definitivamente a Perú. -Ahí siempre hace calor, odio el invierno seco de este pueblo y además hay mucho turista yanqui que me da dólares de propina.-

-¿Y hasta cuando vas a seguir así Ruso?, ya pasaste los 30- lo interrogué.

-Hasta que el cuerpo aguante, voy a vivir y morir en la mía- me respondió.

Al otro día se iba con un camionero que le hacía la gauchada de llevarlo hasta Jujuy, de ahí pasaba a Bolivia con destino final Perú.

Cuando nos despedimos con un abrazo me dijo: - No todos, no todos se olviden de mi!!!!-

La súplica del artista fue escuchada.