Llámenme hippie, pero me llama poderosamente la atención, leyendo a críticos de cine que respeto y que saben mucho más que yo, la poca línea ideológica que hay al aceptar los denominados tanques de Hollywood.
Como pasa en este momento con la última de Misión Imposible o la biopic de Oppenheimer.
La verdad que no me interesa nada de la vida de alguien que creó la bomba atómica, para mi es un asesino, un ser despreciable, que me vas a venir ahora con que era progre o simpatizaba con el marxismo.
Lo mismo con el personaje de Tom Cruise, un agente de la CIA que es buenísimo e incorruptible, una boludez todo, la CIA es un organismo siniestro ¿Qué me querés vender?
Así no hay filtro para nada, todo da lo mismo y absorbemos toda la propaganda del imperio yanqui en películas super elaboradas pero claramente tendenciosas, que nos quieren hacer pasar gato por liebre.
Y lo logran.
Otra: la saga de Star Wars o las miles de películas de guerra, con su mensaje burdo de que luchan el bien contra el mal y que el bien son justamente ellos: los yanquis.
Así el cine se convierte, en lugar de una fábrica de sueños, en un excelente método político propagandístico.
Es marketing disfrazado de arte.
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