Entre 1999 y 2000 jugué al ajedrez para Independiente.
Vivía en Avellaneda y Racing en eso entonces estaba destrozado y ni tenía ajedrez.
Hoy la situación se ha dado vuelta: la Academia anda muy bien y el Rojo está destruido.
¿Qué habrá sido de la dirigencia ejemplar que tenían en esos años?
¿Adonde estarán Alberto Arribas y toda esa gente buena?
Fue la única vez en la vida que me pagaron por jugar al ajedrez, integrando el equipo del club que disputaba la Copa AFA.
Recuerdo que estuve mucho tiempo sin ganar una partida y la conciencia me pesaba, encima que me pagaban no podía ganar una puta partida.
Me alejé, acomplejado, y me seguían llamando a casa y al trabajo.
Fue una de tantas situaciones locas que viví en esos años.
Mi recuerdo más sentido para toda esa gente maravillosa del Rojo de Avellaneda.
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