Cuando nadie te entiende, cuando tenés una locura importante, te ponen una etiqueta: psicótico u esquizofrénico.
Eso me pasó a mi, lo terminé aceptando porque es verdad, hasta tengo mi carnet de discapacidad.
Tengo para mi que toda persona buena, sensible se termina quebrando por uno u otro lado.
A algunos nos afecta más la vida, a otros menos, pero somos parecidos.
Pienso esto a raíz de que en estos días tuve dos charlas largas e intensas con Gustavo Moccero.
Gustavo, un muy buen tipo, con el que me formé políticamente y con el que trabajé varias veces, la está pasando mal desde que su hijo murió el año pasado de muerte súbita.
Ex Diputado, ex Senador y funcionario municipal, siempre del peronismo y la centro izquierda.
Yo dirigí un periódico suyo, "Infosuárez", entre 2009 y 2011.
Del que me fui dando un portazo cuando el problema que había se arreglaba simplemente hablando.
Esas son las cosas que me pasan por psicótico. Y boludo.
Es más: me agarró tal locura y resentimiento que en 2015 voté a Cambiemos.
Después la realidad me cacheteó, volví a mi eje y desde entonces entiendo que esto lo arregla el peronismo o no lo arregla nadie. Pese a este gobierno.
Pero estaba con Gustavo. Es verdad: nunca te vas a llenar de guita con el y es colgado para cumplirte, pero su impronta ética y coherencia ideológica es innegable.
Lo digo ahora en vida porque se lo merece.
Fui desagradecido con el y no se si volveremos a hacer algo juntos pero lo justo es justo.
Gracias amigo por todo.
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