Es muy bella y famosa la frase de Pablo Picasso: "Yo no busco, encuentro".
Y viene a colación de tanto "buscador" que anda por ahí.
Podés buscar cuando sos joven y estás perdido.
Pero en algún momento encontrás.
Todo buscan algo: dinero, fama, mujeres, sabiduría, etc...
Pero en el ámbito espiritual no hay nada que buscar.
La hermosa paradoja es que para encontrar no tenés que buscar.
Ya está ahí, adentro tuyo: todo el Universo, el Ser.
No lo podés ver porque estás pasado de rosca, vas en quinta a fondo y tenés que ir en primera.
Tenés que quedarte quieto.
De ahí la importancia fundamental de la meditación.
Pará de correr, de escaparte de tu sombra.
Todo lo que buscás afuera está dentro tuyo.
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