Hoy tuve mi tercera sesión con mi nuevo psicoanalista y no quedó nada sin decir, sin descular.
Pensar que con otros estuve años y me terminaron diciendo que lo mío era incurable.
Hoy todo quedó clarísimo. Ahora solo falta poner en práctica la solución y lo que el diagnóstico indicó.
Eso si: este joven y brillante terapeuta muestra el mismo desprecio y desinterés que Chamorro cuando le hablo de lo importante que es para mi la meditación y la conciencia.
Es probable que la solución aparezca ahora claramente no solo por la perspicacia del analista, también porque mi conciencia se expandió y eso facilitó las cosas.
Como sea: entre la mente y la conciencia de repente los traumas de una vida se ven claramente.
Se hizo la luz.
Algo se desbloqueó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario