Hoy tuve una tarde soleada y epifánica recorriendo frenéticamente Recoleta y Barrio Norte, indeterminados sitios, confusas barriadas,adonde siempre fui feliz, que luego abandoné y que ahora renacieron o tal vez simplemente redescubrí.
Ya desde el año pasado que voy mucho al renovado, renacido Centro Cultural Recoleta y siempre la paso de puta madre, con eventos culturales gratuitos y de alto nivel.
Pero vamos al de hace un rato.
Siempre que se cumple un nuevo aniversario del asesinato del Padre Mugica, como hace poco pasó, la mayoría se confunde y escribe Padre Mujica.
A ver: el Padre Carlos Mugica fue un sacerdote porteño nacido en la alta sociedad, que tomó valiente partido por los pobres en los violentos años setenta y fue asesinado por eso mismo.
El (¿ex?) sacerdote, poeta, ensayista y performer Hugo Mujica nació en el conurbano, en una familia de escasos recursos, se fue de mochilero, fue hippie, estuvo en Woodstock, vivió el sexo, drogas y rocanrol, fue de los primeros en experimentar con el LSD y finalmente pasó años en un monasterio trapense en absoluto silencio.
Un personaje único, insuperable.
Finalmente retorna a la Argentina, se ordena sacerdote católico y hace la vida típica pero a la vez comienza a escribir y publicar. Mucha cantidad y calidad de literatura.
La versión que tengo yo off de record es que hace años que Hugo Mujica renunció al Catolicismo, porque se cansó de caretear su vida íntima.
No se si es así, ni viene mucho al caso, pero digamos que el también juega un personaje ambiguo y no aclara mucho, divirtiéndose con el misterio.
Más divertido se vuelve todo después de la conferencia/performance que dió hace un rato en el Recoleta, en lo que era originalmente una capilla y ahora es una especie de teatro.
Es genial: un no sacerdote dando una charla religiosa en una no capilla.
La conferencia, brillante aunque densa, reveladora aunque con exceso de texto, versó sobre la fe sin esperanza. Sobre el creer y crear.
Temas que aparecen recurrentemente en la obra literaria de Mujica y que aquí representó como un actor, un standapero espiritual.
Genial todo y genial que un gobierno de derecha, en un sitio tradicional de derecha, se atreva a hacer algo así, una herejía en el mejor sentido de la palabra.
Un iluminar lo que está oculto a los ignorantes.
Será por eso que amo tanto esta ciudad, que es el centro de mi Universo.
Acá no vale ninguna grieta, acá existe un consenso en respetar y amar lo sublime, venga de donde venga.
Amén.
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