Fue Luisa Braganza la que bautizó a Coronel Suárez "La ciudad de los niños lectores", más como sueño, como deseo, que como realidad.
Fue ella también la que comenzó con la Biblioteca Infantil en su propia casa y la que, allí mismo, nos recibía a los noveles escritores y nos corregía amablemente nuestros primeros manuscritos.
Luego pasaron muchas cosas, la vida, Luisa murió, todos nos separamos, luego nos volvimos a encontrar, pero recién, como una señal del destino, cuando atravesaba la Plaza San Martín, encontré esta casita maravillosa con los libros adentro, totalmente gratuita, que no sé desde cuando estará pero que es una idea maravillosa y la firman la Biblioteca Sarmiento y la Bibliotequita, sin más resquemores ni falsas dicotomías.
Ahora si, entonces, Luisa descansa en paz.
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