MENTIRSE Y CREERSE

Hondas muestras de consternación dan en las redes sociales artistas e intelectuales K. Se lamentan como si lo que pasó ayer fuera el fin del mundo.
Y se arrogan el derecho de considerarse los mejores, los elegidos, los portadores de la verdad absoluta.
Es el drama típico del mentiroso, que se inventó un relato tan hermoso, tan épico, que se lo terminó creyendo.
Nadie es más que nadie.
Ni un rico es más que un pobre, ni un pobre más que un rico. Ni un cheto es más que un travesti, ni el travesti es más que el cheto.
Y no todos los oligarcas, los hacendados son mala gente. Y les han hecho durante estos años la vida imposible,como si ellos tuvieran la culpa de todos los males del mundo.
El gran desafío del próximo Presidente, sea Macri o Scioli, es unir nuevamente a la Argentina, superar la grieta. Bajarle el ego a este zurdaje berreta que se creyó poseedor de todas las verdades y todos los votos, pero también evitar que haya una venganza de la otra parte.
Es un tema complejo. Y me parece que cada vez es más complicado hablar de izquierda o derecha. Los dos candidatos que van al balotaje tienen aspectos de izquierda y aspectos de derecha. Son híbridos, no hay nada absoluto en ninguno de los dos.
Pero sostener que ese cambalache que juntó a Bonafini con Schoklender, con Boudou, con D Elia etc, es la izquierda, es algo que me da mucha risa.
Nadie se la creyó, solamente ellos.
Y ahora gran parte de la Argentina expresó con su voto su disidencia, su deseo de cambio.
Y tendremos el primer balotaje de nuestra historia.
Gane quien gane, estamos creciendo como República y Democracia.