domingo, mayo 17, 2015

SUMISIÓN




Michel Houellebecq lo ha hecho otra vez.
Lo que aparecía en su primer novela "Ampliación del campo de batalla" como un provocador hábil y marketinero, a lo largo de los años y los libros y en especial con este último: "Sumisión" se ha consolidado como otro gran maldito de la literatura francesa, como una especie de Celine contemporáneo, incluso me atrevería a decir que Houellebecq es más grande que Celine.
Es más grande, en mi opinión, porque dosifica mejor su asco a la civilización occidental (especialmente la francesa) y porque ha logrado en su ultima obra una poderosa parábola política pero también la gran novela que todo cuarentón intelectual sentirá como propia.
La crisis de la democracia europea combinada con la crisis personal de un profesor universitario que llega a los cuarenta, deviene en una alucinante conversión al islamismo.
Es excelente la trama en el sentido que lo odiado, lo temido, se va haciendo natural con el correr de las páginas y muta naturalmente en una crisis de fe del protagonista. No hay nada forzado ni marketinero.
El arte y la provocación engarzan perfectamente en la intimidad de ese pobre tipo y ese pobre país que piensan solo en no pasar al olvido.
Y el típico garbo francés para insultar, para hablar sucio, para pasar de la vida normal con un gesto desdeñoso y altanero.

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