Ser escritor argentino siempre fue preguntarse: ¿Como escribir después de Borges?
Sin embargo, el viejo genio siempre fue muy generoso y dejó escritas las instrucciones para superarlo.
Luego me preguntaba como escribir después de Fogwill, de Piglia, de Saer.
Pero sin duda el caso más difícil de entender es el de César Aira.
Se dice que ha escrito unos 80 libros entre novelas, nouvelles, cuentos cortos, medianos, largos.
Recién terminé uno de tantos que ignoraba que existía: Margarita (un recuerdo).
Es maravilloso y breve. Dos veces maravilloso.
Es difícil hablar de algo nuevo que está revolucionando las formas de escritura actuales, pero yo diría que Aira pasó por su etapa delirante, otra más realista y en este libro (como en otros) aparece una síntesis, una tercera opción que es ingresar en el realismo con delirio, con mucho vuelo poético.
Igual he leído de todo de el: libros geniales, buenos, mediocres, ilegibles.
Pero entre tanta cantidad, hay una calidad extraordinaria, que rompe todos los récords, que inventa una nueva forma de escribir. Una forma sencilla en su estilo, pero a la vez imprevisible, aniñada, caprichosa. Incluso dentro de cada uno de sus libros, hay momentos que vuela altísimo, luego cae y aburre, vuelve a tomar altura. Increíble.
Hace poco vi una nota que le hicieron en Nueva York donde decía que escribe todos los días porque ama escribir y por eso produce tanto. Que en cambio muchos escritores odian escribir, solo lo hacen por darse un título social y solo cada tantos años se disponen a escribir, con mucho sufrimiento, un libro.
Tengo que reírme porque es mi caso. Y también decirle que a mi no se me ocurren tantas ideas, soy apenas un diletante que anda por la vida medio confundido y que crear una historia me lleva años de anotar ideas y masticarlas.
Pero tengo una idea de como escribir después de Aira. Veremos si funciona.
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