Hay algo sumamente profano en practicar yoga u otra disciplina oriental, sólo porque te hace sentir bien o te rejuvenece.
Cada actividad física es una expresión de una creencia religiosa que cierra perfectamente en lo espiritual.
Hay una distancia ridícula, abismal en querer lograr la iluminación para toda la eternidad y en otro caso en querer calmar el stress.
Casa
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La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 23 horas.
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