Lo que me duele no son las traiciones y los chanchullos de las descerebradas, de las limadas.
Lo que me duele de verdad es la indiferencia de la que uno idealizó, de la que vió como igual. Ahi uno tiene muchas expectativas, cree mucho en la magia y la bondad de esa persona. Y por eso tal vez se regala y hace el papel de boludo.
Tampoco creo en hacerme el jodido para parecer más macho, pero no esperaba comerme esos garrones, que me dejen colgado sin respuesta, que especulen con el dolor.
Asi que mi postura zen es la siguiente: la puerta está abierta para el amor.Pero se va a negociar punto por punto, para que no queden dudas, para que nadie se sienta engañado.
Casa
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La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 23 horas.
1 comentario:
Mi pregunta, Maestro, es si la actitud Zen que usted propone en esta entrada de su Blog vale también para el caso de que uno haya idealizado a una limada.
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